¿Como hacer una huerta en casa?
Lo primero que tenés que saber sobre las huertas orgánicas es que no son difíciles de armar. O en otras palabras: son muy sencillas. Después, necesitás aprovisionarte de los siguientes elementos:
- Un cerco para proteger el terreno de animales (si es en un balcón o terraza no hace falta)
- Un espacio soleado al menos 5 horas diarias.
- Disponibilidad de agua.
- Semillas
- Herramientas (no muchas: con pala y rastrillo vas a andar bien).
Con este equipo básico ya podés empezar. El primer paso será limpiar el terreno de yuyos, cascotes y vidrios. Luego marcar los canteros con estacas y piolín. Tienen que tener un ancho máximo de 1, 20 m. Entre uno y otro cantero dejá un espacio de 40 cm para poder moverte. Alrededor hacé una zanja de 30 cm de ancho y otros 30 de profundidad. La tierra que sacás de allí colocala en el cantero. Después hacé incisiones con la pala o un cuchillo en la tierra para airearla y emparejá con un rastrillo. ¡Listo! Ya podés sembrar. Te resta saber qué y cómo.
PASO 3. Sembrar
Cada hortaliza tiene su época de desarrollo, pero acelga, remolacha, lechuga y zanahoria son aptas todo el año. Lo mismo las aromáticas. Lo mejor para organizarte es consultar un calendario de siembra en alguna página de jardinería, e imprimirlo o copiarlo para tener perfectamente claro qué plantar en cada estación del año.
Siembra directa: A las semillas grandes, fáciles de manejar las sembramos directo en el cantero: zapallo, zapallito, melón, maíz, poroto, etc.
PASO 4. Cuidar
En adelante sólo tendrás que prestar atención a tu huerta un rato al día. Regar 3 a 5 litros por metro cuadrado (al mediodía en invierno y bien temprano en verano); proteger del frío con plásticos o colocar una media sombra si está muy fuerte el sol y estar muy atenta a las plagas. Para prevenirlas son muy útiles las plantas aromáticas, como salvia, romero, orégano, menta, ruda y albahaca. En internet podés encontrar preparados caseros si algún hongo o parásito ya llegó a tu huerta.
PASO 5. Disfrutar
Ahora es el momento de cosechar las hojas de perejil, rúcula o lechuga. De comer con tu hijo los tomates y morrones; de hacer unas ricas papas al romero, o una ensalada de zanahorias. Nada como el placer de saber que eso que están comiendo, fue 100 por ciento hecho en casa, es fresco y ultra saludable.
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